→ Sinopsis: María Margarita es una
niña con el extraño don de contar películas. Cuando al poblado llega una de
Marilyn Monroe, Gary Cooper o Charlton Heston, o una mexicana con hartas
canciones, en su casa se juntan las monedas exactas para un boleto y la mandan
a ella a verla. Al llegar del cine tiene que contarle la película a su padre,
postrado en un “sillón de ruedas”, y a sus cuatro hermanos. Luego, ya famosa, a
todo un público que la espera impaciente.
→ Mi opinión: Como es común en Letelier, nos narra una historia inspirada
en las pampas salitreras del norte de Chile y es algo que realmente me encanta,
no solo por el hecho de que podemos conocer cómo era la vida en aquellos años,
sino que Hernán nos relata sin tapujos los diversos problemas e injusticias que
ocurrían con los obreros y el abuso de poder de aquel tiempo.
Esta historia (como ya se mencionó en la sinopsis) nos habla de María
Margarita quien al ganar un “concurso” entre sus hermanos se convierte en la
contadora de películas de la familia ya que es la mejor al relatar estas luego
de verlas en el cine del pueblo. Fue tal el entusiasmo, talento y carisma de María
Margarita que poco a poco comenzó a llegar la gente (incluso quienes ya habían
visto la película) solo para escucharla y verla actuar e interpretar todos los
personajes de las películas, con sonidos, canciones y todo lo que ella
encontrara necesario. Pero es la fama de esta pequeña contadora la que hace que
tenga sus mejores y peores momentos, el hecho de ser tan famosa la lleva a
tener que ir a relatar sus películas a domicilio y con ello una gran marca en
su vida. Con el tiempo todo comienza a cambiar y uno de los sucesos que remece
en el corazón a la contadora de películas es la llegada de la televisión a esta
salitrera, ya que la gente queda maravillada con este artefacto y deja de ir a
verla interpretar sus películas.
La contadora de películas comienza con una María Margarita pequeña, hasta
terminar con una mujer ya en edad. Nos muestra una de las cosas que sucedía en
aquellos pueblos, en que el abuso de poder y la explotación de sus trabajadores
o más específico en este libro, la explotación de las mujeres de aquel tiempo
era bastante fuerte y común convirtiéndola en personas sin sueños y dependientes
de su entorno o de lo que otros esperan de ellas.
Hernán Rivera Letelier sigue cautivándome y espero que sea así con cada
uno de sus libros.
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